El único relato
- En recuerdo de Oliver Sacks (1933- 2015)
- 4 sept 2015
- 1 Min. de lectura
“Si queremos saber de un hombre, preguntamos: ¿cuál es su historia, su historia real interior?, porque cada uno de nosotros es una biografía, una historia. Cada uno de nosotros es una narración singular que se construye, continua, inconscientemente, por, a través de y en nosotros, a través de nuestras precepciones, nuestros sentimientos, nuestros pensamientos, nuestras acciones; y, en el mismo grado, nuestro discurso, nuestras narraciones habladas. Biológica, fisiológicamente, no somos distintos unos de otros; históricamente, como narraciones, somos todos únicos”.

Eso leí en el libro de Oliver Sacks, el de la fotografía, que hace años compré sólo por el título –como tantos otros-, sin conocer de nada a su autor, con el interés del descubrimiento. Lo que hallé fueron lecciones de neurología e historias, efectivamente, únicas. Un neurólogo maestro del relato.
Su historia, la de Oliver Sacks, se terminó con este mes de agosto.
Por cierto, por si les pica la curiosidad: El doctor P. era un músico prestigioso que había perdido la capacidad de distinguir un objeto de otro. Efectivamente, llegó a confundir a su mujer con un sombrero: "extendió la mano y cogió a su esposa por la cabeza intentándo ponérsela". El doctor P. sólo reconocía la realidad cuando canturreaba. Sacks, su médico, no supo hasta más tarde cuál era el problema neurológico, pero le prescribió una vida que consistiera enteramente en música: "la música ha sido el centro de su vida, conviértala ahora en la totalidad", le dijo.
Si quieren leer una traducción de lo que publicó en The New York Times para despedirse, lo encontrarán aquí: De mi propia vida
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